Autonomizarse

Autonomizarse  contra  Obedecer

Rita Segato

Contra-pedagogías de la crueldad.

Es posible decir que existen dos proyectos históricos en curso en el planeta, orientados por corporaciones divergentes de bienestar y felicidad: el de las cosas y el de los vínculos.

El proyecto histórico centrado en las cosas como meta de satisfacción es funcional al capital y produce individuos, que a su vez se transformarán en cosas.

El proyecto histórico de los vínculos insta a la reciprocidad, que produce comunidad.

 Aunque vivamos inevitablemente de forma anfibia, con un pie en cada camino, una contra-pedagogía de la crueldad trabaja la consciencia de que solamente un mundo vincular y comunitario pone límites a la cosificación de la vida.

La contra-pedagogía de la crueldad tendrá que ser una contra-pedagogía del poder y, por lo tanto, una contra-pedagogía del patriarcado, porque ella se contrapone a los elementos distintivos del orden patriarcal: mandato de maculinidad, baja empatía, crueldad, insensibilidad, burocratismo, distanciamiento, tecnocracia, formalidad, universalidad, desarraigo.




Dar

 Dar  contra Acumular

Casilda Rodrigañez

El asalto al Hades. La Rebelión de Edipo I

La sexualidad y el funcionamiento de la dominación. La rebelión de Edipo II

El competir con la persona que tienes al lado, en lugar de tú derramarte y ser confiado, y ser verdaderamente una relación fraternal; eso significa un genocidio cualitativo del ser humano.

Todo el modelo de socialización que tenemos está -como decían Deleuze y Guattari sobre la inflexión-; impulsado por la necesidad o impulsado por el deseo. 

El deseo es derramamiento, confianza en el entorno, apoyo mutuo.

La necesidad es retención, acaparación, formación del ego. Y el ego es un mecanismo de supervivencia.

Por eso hace falta tanta autoestima, porque en este mundo no hay el apoyo mutuo que tiene que haber, y por eso te tienen que apuntalar –ahí está toda la psicología para apuntalar las individualidades-.

Lo que es patológico es la individualidad misma.





Ver también Marcel Mauss y David Graeber

Ensayo sobre el don.  

En deuda.

Liberar

Liberar  contra  Controlar

María Galindo

No se puede descolonizar sin despatriarcalizar.

Les cambio el derecho al voto por el derecho a la redefinición radical de lo que se entiende por política.

Les cambio el derecho al matrimonio igualitario por la abolición del matrimonio.

Este preámbulo no es retórico, sino un llamado a preguntarnos alevosamente: ¿qué hacer? No qué hacer con los derechos, sino qué hacer con la política.

El problema no son los derechos, sino los mundos y proyectos políticos.

Me dedico a pensar y construir un proyecto despatriarcalizador, anticapitalista y anticolonial, que rebasa todo discurso de derechos; sean estos de mujeres, de animales, de trans o de maricas.

Pueden acusarme de perder la perspectiva de lo posible. Yo les acuso de aburrirme.

El proyecto no es tomar el poder. Ante el poder no te empoderas. Ante el poder te rebelas. 

No luchamos por entrar, sino por derribar la puerta.

El proyecto es hacer la revolución.

 



Improvisar

 Improvisar  contra  Organizar

Amador Fernández-Savater

Crisis de la presencia. Una lectura de Tiqqun.

Silencio, pasividad y disimulo

¿Por qué se tuercen las cosas? Existe una constante bifurcación de las cosas. En la guerra se llama fricción entre el plan y los hechos. Sin embargo, sólo lo reducido a cosa es controlable. ¿Podemos vivir sin aspirar a la línea recta?

Hay muchos enfoques, y yo propongo uno: pensar con Freud, que somos seres dobles –conscientes e inconscientes-. El inconsciente sería más bien un laberinto y el sueño un laboratorio con una tendencia al desvío permanente. En el arte se ve ese laberinto.

Sin embargo lo constituido prima: ese enfriamiento, esa cristalización ridiculiza el laberinto, la formación primaria del "yo", intentando liquidar laberintos, buscando un mundo matematizable y seguro que nunca llega. Apareciendo el odio, el deseo, la tabula rasa y la pulsión guerrera para eliminar esa fricción.

Pero el control de los efectos se enfrenta siempre al descontrol de los afectos. Practiquemos entonces una ética de lo torcido. Permitámonos errancias y derivas, no por un hilo que nos lleve a una salida. Al perdernos, nos liberamos. Los planes se tuercen y hay que celebrarlo. Eso es que hay vida y que hay fugas.